Unos cuadros de madera que me encargaron tras la exposición de la Galería Adriana Suárez.

Ese de arriba es de los que más me gustan de los que he hecho hasta ahora. Fue un encargo a partir de la exposición y no supe para quién era. Me dio pena desprenderme de él.
Se llama «Romería». No porque sea un pico lleno de gente, sino porque a veces los baños te dan más felicidad que una buena fiesta, incluso que la mejor de las romerías.
«Yo ya me voy»

Este también fue un encargo a partir de la exposición. Tanto en este cuadro como en el anterior me habían pedido algo que transmitiese calma (como uno llamado «Muy bien, hijo» que compró una buena amiga en la exposición). En este caso el cuadro era para alguien que trabajaba en un barco, por eso creo que era importante poner un mar en calma, que para vaivenes ya hay los del barco. Y es que, a veces en el surf lo que más nos llena no son siempre las olas, los momentos de calma entre serie y serie también tienen su encanto. También me dio pena desprenderme de él, que además se va hasta Cabo Verde.
Y este último es casi todo lo contrario a los dos anteriores.
«Verdicio»
El «powersurfing» de Rafa, monitor de la escuela de surf Baluverxa, exigía un cuadro mucho más agresivo. Me pasaron unas fotos suyas y me pidieron una versión de una de ellas. Iba a llevar gotas de parafina reciclada en la zona de la espuma, pero al final gustó así y así se quedó.

Y ahora mismo tengo entre manos otro encargo que aún no he empezado ni a bosquejar pero que espero que salga algo muy chulo y «playu».
Un saludo