Hace ya más de un mes que no publico nada por aquí. Durante casi dos meses he estado sin poder meterme al agua ni afotar ninguna sesión. El pasado jueves eso se acabó y pude disfrutar de un gran baño, al menos para mi lo fue.

Durante mis dos primeros años intentando pillar olas tuve que estar parado durante seis meses, en dos ocasiones y por la misma lesión. Eso provocaba que cuando volvía era como si empezase de cero otra vez. De todas formas el primer baño después de esos meses de rehabilitación me sabía a gloria, y reconozco que la primera vez no pude contener la emoción. Lo recuerdo perfectamente, fue en Xivares, una mierda de ola, pero para mi fue acojonante poder volver a sentirlo después de haber estado seis meses pensando que nunca más podría volver a intentarlo.

En esta ocasión, aunque ya tenía muchos más baños acumulados, me asaltaba la duda, ¿tendría que volver a empezar a cero?

Cuando pude volver a permitirme pensar en ir a buscar olas me organicé para ir antes de currar, madrugaría e iría al amanecer a playa España. No fui capaz, estaba machacado. Con poca fe cargué las cosas y esta vez fui a currar en coche por si había suerte y al mediodía cuadraba un baño en Peñarrubia.

Salí de currar, tiré para allí y cuando vi el parking con varias furgos me di cuenta de que sí que habría olas, pero temía una aglomeración. Tuve suerte, y mientras me estaba cambiando salió del agua un batallón de tabloneros andaluces que andarían de visita por el festival de Salinas.

Me crucé con unos cuantos conocidos de camino a la orilla. Entré al agua, estaba cojonuda. Me costó llegar al pico, estoy fuera de forma, y la espalda se resentía.

Pillé cuatro o cinco olas, mi cuerpo no daba para más, pero fueron más que suficientes para comprobar que no tengo que empezar de cero otra vez.

No hubo fotos, ni falta que hizo.